martes, 2 de junio de 2015

Pero a veces, qué se yo...

Quizá te perdí, me perdiste o nos perdimos,
realmente no importa en que persona lo conjugues.
Solo sé que me alejé pensando que era lo correcto,
¿Acaso podía ser de otra manera?
¿Acaso pretendías vivir con todos mis insomnios,
o soportar a medias el peso de mis ojeras?

Entiende que mi amor era suficiente
como para desear alejarte,
tenerme cerca te habría envenenado,
igual que tenerte me envenenó a mí.
Y -por desgracia- todavía sigo estandolo.

Nos conformamos con menos,
sabiendo que juntos podemos sumar más.
Nos dijimos tantas veces adiós que despedirnos
solo significaba reinventar un reencuentro.

Así que ya no (te) tengo miedo,
ya he leído este cuento anteriormente,
y ahora que comienzas el juego,
te aseguro que voy con ventaja.

Por eso y por lo otro,
ya sabes, no sé.
Pero a veces, qué sé yo.
Escríbeme.

lunes, 1 de junio de 2015

Se acabó.

Basta ya de tener miedo,
basta ya de tener que ser igual que los demás,
basta ya de fingir, de no ser quien somos,
basta ya de rendirse, de dejar de luchar.

Basta ya de juzgar, de no conocer,
basta ya de mentiras,
basta ya de conformarse con cualquier cosa,
basta ya de creer que somos felices.

Hoy es un buen día para crear nuestra propia revolución... ¿No crees?


Juntos.

Seamos tan imprudentes como el amor nos exija,
o tan sensatos como diga el corazón.

Seamos esa poesía que nadie se atrevió a escribir,

o ese libro que no quieres que acabe nunca.

Seamos el final feliz que todo el mundo espera,

o una obra basada en la improvisación.

Seamos el silencio que dice mil palabras,

o el grito que no tiene nada que decir.

Seamos una tarde de lluvia en junio,

o el sol que se esconde en febrero.

Seamos alma, aire, corazón, fuego,

o tinta, verso y sentimiento.

Seamos ese llanto que quieres ocultar,

o esa sonrisa de la que tanto presumes.

Seamos la primera risa de un bebé,

o el último segundo de una vida feliz.

Podemos ser lo que queramos,

pero lo que seamos,
que sea juntos.