martes, 2 de junio de 2015

Pero a veces, qué se yo...

Quizá te perdí, me perdiste o nos perdimos,
realmente no importa en que persona lo conjugues.
Solo sé que me alejé pensando que era lo correcto,
¿Acaso podía ser de otra manera?
¿Acaso pretendías vivir con todos mis insomnios,
o soportar a medias el peso de mis ojeras?

Entiende que mi amor era suficiente
como para desear alejarte,
tenerme cerca te habría envenenado,
igual que tenerte me envenenó a mí.
Y -por desgracia- todavía sigo estandolo.

Nos conformamos con menos,
sabiendo que juntos podemos sumar más.
Nos dijimos tantas veces adiós que despedirnos
solo significaba reinventar un reencuentro.

Así que ya no (te) tengo miedo,
ya he leído este cuento anteriormente,
y ahora que comienzas el juego,
te aseguro que voy con ventaja.

Por eso y por lo otro,
ya sabes, no sé.
Pero a veces, qué sé yo.
Escríbeme.

No hay comentarios:

Publicar un comentario